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miércoles, 29 de septiembre de 2010

NO HAY NADA MÁS IMPRUDENTE

Hay obsesos de la prudencia que, a fuerza de querer evitar todos los pequeños errores, hacen de su vida entera un solo error. Es una frase hecha. Pero comparto que, algunas veces, no hay nada más imprudente que el exceso de prudencia.
 En Navarra vivimos una etapa de cambios y alteraciones políticas. Una época de incertidumbre y, por lo tanto, de esperanza. Las opciones políticas, de cara a las próximas elecciones de mayo del 2011 darán más juego que nunca. El cambio de liderazgo de UPN. La entrada del PP en el terreno de juego de forma independiente. La relación de fuerzas de Nafarroa Bai. La refundación de IU. Los movimientos del CDN. La posible irrupción de la izquierda abertzale... Todo puede cambiar. Todo puede lograrse. Pero no podemos tratar de enfrentar la posibilidad de estos cambios desde la fuerza de la inercia y la costumbre. Einstein decía que en los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento. Este es un momento crucial de la vida política de nuestra comunidad y debemos cambiar los esquemas mentales e inventar nuevos paradigmas que nos abran perspectivas distintas y más ricas desde las que todos podamos trabajar valientemente. Y también sin prejuicios. Porque en nuestra tierra hay muchos prejuicios políticos. No pienses como ese, no debatas con aquel, el otro, el de la esquina, solo busca un sillón… Yo, en cambio, creo en la buena fe de la mayoría de la gente cuando se decide a actuar, intervenir, colaborar.
En esta situación, algunas personas replanteamos nuevas fórmulas de participación política. Porque el escenario no puede ser más estimulante y, precisamente por eso, es nuestra obligación poner el enfoque en aquello que nos une y no en lo que nos separa. El sectarismo sólo engendra debilidad.
Y, frente a ese sectarismo, la cooperación política puede ser el único motor de cambio posible. Pero necesitamos fórmulas imaginativas que traten de enlazar todas las iniciativas progresistas que florecen en la sociedad navarra. Por eso quiero enredarme en caminos novedosos, como lo es la Plataforma "No digas que no se puede". Porque su creación está inspirada en la cooperación política, en la elaboración de ideas y en la defensa de causas que podamos compartir personas muy diversas y, a la vez, enlazadas por las ganas de trabajar y seguir dando pasos. Porque existir es resistir. Y tender puentes es el único futuro. Esa es la experiencia que muchos buscamos, la absoluta convicción de que en el amplio espacio de la izquierda en Navarra son muchas más las cosas que nos unen que las que nos separan. Que es sencillo sentar en una mesa a gentes de distintas culturas políticas para expresar y compartir opiniones libremente. Sabemos que, algunas veces, los procesos electorales inoculan el virus de la competencia y la desconfianza. Pero, frente a eso, las formaciones políticas deberán hacer una labor de análisis y aparcar sus discrepancias. Porque es una reflexión simplista e interesada identificar actividad política sólo con partidos políticos tradicionales. Somos muchas y muchos los que, participando de esas formaciones políticas o no, tratamos de cambiar la forma de entender la política y sus relaciones, sobre la base de la confianza y la generosidad. Frente a esto, algunos políticos al uso se sientan a esperar que soplen vientos favorables sin pensar que, si antes no han dirigido el timón, esos vientos sólo podrán llevarles a la deriva.
En este nuevo escenario yo no pienso sentarme a mirar desde detrás de la tapia. Participaré con aquellas personas que se empeñan en buscar un espacio plural desde el que defender los principios de la izquierda, del federalismo y de la sostenibilidad social y ecológica. Porque hacer las cosas de una manera distinta, posiblemente mejor, es un reto posible.

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